Una proposición ¿indecente? (Nadya Suslova - San Petersburgo, 14 de marzo de 2018)

Se ve a kilómetros que no es uno más. La PDA de última generación que airea mientras discute con el que parece su asistente supone seis meses de trabajo para Nadya. Los zapatos, de hechura clásica y sin distintivos de marca, otros dos meses más. El pantalón, gris marengo, deja entrever en el borde de sus bolsillos italianos el logo de Emporio Armani. La camisa, de color azulón, lleva bordado "Versace" a la altura del pecho, aunque las letras están cortadas por arriba. Su reloj, cómo no, es un Rolex. Lleva un pendiente de diamantes, esa es la impresión de Nadya. Y gafas de sol. También con el logo de Armani. Nadya piensa que hay dos opciones: o compra falsificaciones en el mercadillo o está ante un auténtico millonario. 
El personaje en cuestión, tras despachar de un modo brusco a la persona con la que hablaba, se dirige a recepción. Nadya, claro, está nerviosa. Aunque el Sokos es un hotel caro y los clientes adinerados abundan, algo le dice que éste es especial. Trata de calmar los ánimos, la presencia de alguien con tanto dinero le impone mucho respeto. Una mala contestación y el gerente del hotel la pondría de patitas en la calle en milésimas de segundo.
—¿Cuál es su nombre señorita? ¿Con quién tengo el placer de conversar?—El caballero misterioso retira las gafas y deja ver unos ojos de un azul intenso extraordinario.
—Nadya, Nadya Suslova, señor. ¿En qué le puedo ayudar?—La voz de Nadya tiembla a pesar de su esfuerzo para que eso no suceda.
—Señor, no, por favor. Para ti soy Shasha, Nadya. He estado parado antes allí, en la entrada, y no he podido evitar fijarme en ti. Eres muy guapa, Nadya.—
—Gracias, señor. Dígame, ¿en qué le puedo ayudar?—Nadya se ruboriza, pero no pierde las formas.
—¡Te he dicho que no me llames señor!—El elevado tono empleado por el desconocido la asusta.—Soy Sasha, ¿entiendes? Sasha Surikov, si quieres mi apellido. Tutéame, ¿vale?—Nadya asiente con la cabeza.—¿Has pensado alguna vez en sacarle partido a ese regalo de Dios?—
—¿A qué regalo, señor? Perdón, Sasha.—
—¡A ti! ¡A tu cuerpo! ¡A tu cara!—Surikov vuelve a perder los nervios.—Mírate. Eres preciosa. Estás desaprovechando tu vida en esta recepción de hotel. Yo puedo ofrecerte algo mejor.—
—Soy feliz aquí. No necesito nada mejor, gracias.—Nadya se sorprende de la risa de Surikov tras oír su rechazo.
—¿No necesitas nada mejor? ¿Estás segura? ¿Cuánto ganas al mes?—
—Ocho novokat.—Surikov ríe de nuevo.
—Yo puedo ofrecerte diez veces tu sueldo. Y sólo por ser tan bonita.—
—¿Haciendo qué?—
—Pues, cielo, ¿tú qué crees que da tanto dinero? Seguro que lo harás muy bien. Tú puedes.—
—Por favor, váyase. ¡Váyase ahora mismo!—Nadya señala la puerta principal enérgicamente. Su grito se escucha en toda la planta baja. Compañeros y clientes miran extrañados.
—Infeliz. ¡Bah!—Surikov realiza un gesto de desprecio con su mano derecha y se va sin más ruido.
Nadya se avergüenza todavía más. Todos la están mirando. Desde la computadora, envía la orden de impresión de un formulario para tener una excusa y abandonar la recepción. Necesita respirar y eliminar esos mofletes colorados que siente arder. Mientras se tranquiliza en el despacho de contabilidad, medita sobre lo que acaba de ocurrir. Le repugna la idea de prostituirse, pero ochenta novokat es una auténtica fortuna. Tiene una sensación agridulce. Quiere reafirmarse en su postura, aunque al pensar en el dinero, se le hace muy difícil. Ochenta novokat, ochenta novokat, ¡ochenta!

7 comentarios:

  1. Hola Wences!
    Su blog es bueno, las gracias por mina de la visita también. Pero soy muy pobre en spannish, nosotros puedo intentar utilizar inglés si es posible para usted. ¡Gracias!

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  2. Olá! Obrigado pela tua visita amigo! Um abraço! Bruno

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  3. Hola sigo tu blog desde que visitastes el mio y me encanta esta historia.

    Saludos

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  4. Yo por cinco novokat ya hubiera agarrado viaje.
    A riesgo de parecer spam (aunque debo reconocer que cumplo muchos de los requisitos), quiero invitarlo al concurso de remeras de bienvenida del fin del mundo que acabo de inaugurar (en http://www.buttonpol.com/?p=221 ).
    A modo de gesto de humildad, le ofrezco mis diseños gratuitamente para uso en esta novela. Voy a pensar un diseño muy sensual para Nadya...

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  5. Hola!,

    es un blog muy interesante, me gusta la literatura y esta bien juntar pluros autores.
    Los textos hacen entrar en el universo de sus autores.
    Pues que esto continue!

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  6. María José, me alegro de que te guste la historia. Intentaré no defraudarte. Pierre-Marie, gracias por los ánimos. Desde Galicia te digo: Vive le Québec livre!!!

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