Por Ochún (Ife Adu - Ado Ekiti, 13 de marzo de 2018)

—Mamá, no puedes seguir con esas chorradas del osha-ifá. Eso no es religión, es superstición.—Ife no comprende que su madre le haga pasar vergüenza delante de sus amigas.
—¿Estás tonta? Ochún es tu orisha de cabeza. El babalawo te lo dijo al poco de nacer. Tienes que honrarlo y tus actos no siguen el ifá.—La madre de Ife es una fiel de las creencias santeras yoruba. Trata, en vano, de inculcar a su hija las tradiciones de su pueblo y la fe en Olodumare. 
Cada miembro de la comunidad yoruba tiene un padre o una madre de cabeza. Es el orisha particular al que debe honrar. Olodumare, el dios único de la religión yorubana, conocido como el señor al que va nuestro eterno destino,  premió a los mejores reyes de los antiguos reinos yorubas con poderes para administrar la naturaleza que había creado. Son intermediarios entre dios y los hombres, los orishas. Así, es el deber de Ife, como buena seguidora de la santería originaria, ofrecer un gallo, en su defecto una paloma, y un plato de alubias especial. Así lo determinó su babalawo, su santero, pues, según él, Ife Adu tiene que honrar a Ochún.
Ya que Ife es reacia a celebrar el culto, su madre le preparará el gallo para sacrificarlo y también cocinará la ofrenda. La religión yorubana de Nigeria guarda muchas semejanzas con sus ramificaciones en Brasil y Cuba, pese a que hay unas diferencias sustanciales con en candomblé y la santería o creencia lucumí. En Nigeria, en el origen, la forma habitual de Ochún no es la de una mujer vestida de amarillo, sino que es un la de un gallo. En África, el rito va mucho más allá que en América. De hecho, para elegir el nombre de Ife, cuyo significado es "amor", realizaron una ceremonia de siete días. Igual hicieron para nombrar a su madre, Olubunmi, "regalo de Dios".
—Te prepararé el gallo y la comida, pero lo tendrás que matar tú. Hemos decorado el altar para la ocasión. Quiero que aprendas como se hace la ofrenda. Debes cocinar las alubias templándolas con cebolla rehogada en mariwó. Después fríes los camarones y lo mezclas hasta que esté hecho. Entonces, ya podrás presentar tus pedidos.—
—¿Crees que ese rito absurdo, que esa ridiculez servirá para algo? Mamá, no hay trabajo. Cada día es una aventura salir a la calle y lograr llegar a casa de una pieza. Tú ya eres mayor, pero yo puedo emigrar. Y no perder el tiempo con espíritus inútiles.—Olubunmi mira con tristeza a su hija. Aspira intensamente y se va de la cocina. Ife desprecia las tradiciones y un discurso tan cohercitivo no la convencerá. Se hace la dura en la presencia de sus amigas, si hace falta, por encima del orgullo de su madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario