Antes, era mejor (Ife Adu - Ado Ekiti, 15 de marzo de 2018)

La joyería de Abejide es la única de la zona. Además de vender anillos y collares, Abejide también arregla relojes. A eso es a lo que va Ife. Esperó a tener varios recados pendientes para ir al establecimiento de Abejide. Tiene que cambiar la correa de un reloj, quitarle la pila a otro que apenas utiliza y ponerle una pila nueva al que suele llevar todos los días. Ahora mismo, en el local hay, además del dueño, dos clientes. Es una tienda pequeña, Ife ni siquiera puede entrar, se tiene que quedar en la puerta esperando a que sean atendidos los otros dos parroquianos. 
—Así que quieres agrandarlo, ponerle más mallas... Bueno, prueba el mío, creo que así servirá.—El joyero cede su reloj al primer cliente. Éste lo prueba y acepta la medida.—¿Tienes prisa? Si no te importa, voy a ver qué quiere esta gente, porque, si lo suyo es rápido, les atiendo antes.—El cliente no se opone a la iniciativa de Abejide.
—Yo necesito que me graben unas alianzas. Está todo escrito en este papelito.—El desconocido le entrega un sobre con dos anillos dentro y una hoja de papel donde indica los nombres y la fecha.
—Perfecto, ven a buscarlo dentro de dos días. Quedará muy bien. ¿Y tú, chica? Pasa.—Con un gesto con la mano, el propietario de la joyería invita a pasar a Ife.
—Pues, son tres cosas: una correa nueva, una pila nueva y quitarle la pila a este otro reloj que no utilizo.—Ife le muestra sus relojes al joyero.
El primer cliente, mientras espera, curioso, toma el reloj al que Ife quiere quitarle la pila.
—Buen reloj. ¿No lo usas?
—No, me llega con los otros dos. Ése es uno de los relojes que te regalan cuando compras el coche. Publicidad del concesionario, vaya.
—Por mucha publicidad que hagan, con la crisis de Nigeria es imposible que vendan algo. Antes, estábamos mucho mejor.—El cliente, con muestras de apatía, posa el reloj de nuevo en el mostrador.
—La mierda de políticos que tenemos es lo que hace que estemos así. No entiendo a qué vienen tantos estados, tantas administraciones. Me acuerdo del levantamiento en Biafra. Yakubu Gowon, ése si que era un presidente. Él paró la guerra con los igbo. Y luego trajo la paz y la prosperidad.—Abejide ensalza la figura del dictador que logró el poder en Nigeria mediante un golpe de estado y que acabó con el conflicto bélico independentista en Biafra en los años setenta. 
—¿Gowon? Era un dictador. Llegó por la fuerza y se fue por la fuerza. ¿Cómo íbamos a estar mejor con él?—Ife, que no vivió la época, pregunta incrédula ante el posicionamiento de su interlocutor.
—Yo lo viví, niñita. "Sin vencedor, sin vencidos", decía Gowon. "Reconciliación, reconstrucción, rehabilitación". Éramos el país más rico del mundo. Ahora no somos nada. La democracia no sirve.—El cliente también apoya las ideas de Abejide.
—Tenía que venir alguien como Gowon y limpiar todo esto. Mano dura militar. Se nos está llenando el país de basura de Níger, Chad, Camerún, Togo,... ¿Cuánto más puede soportar Nigeria?—Abejide sentencia.
—Gowon creó los doce estados y criticáis su existencia. ¡Qué barbaridad! Además, eso de que éramos el país más rico del mundo...—Ife no puede terminar de exponer su replica.
—¡Escúchame!—El cliente inquiere con empujones leves a Ife para reclamar su atención. Cada vez que abre la boca sus manos se abalanzan sobre los brazos de Ife, con pequeños golpes y gesticulaciones gratuitas.—Tú no sabes lo que estás diciendo. Los políticos nos roban. Hace falta mano militar y punto.
—Lo cierto es que la cosa está fatal, como el tiempo.—Ife cambia de tema, no quiere polémicas, quiere una pila y una correa para el reloj.—Una no sabe si puede ir a dar un paseo sin que se ponga empapada por un chaparrón.—Mientras hablan, Ife comprueba que Abejide realiza su trabajo con mucha dificultad: los pasadores de la correa se le caen al suelo tres veces, raya un poco las juntas del reloj y la nueva correa elegida, negra, no combina con el reloj, azul marino.
Ife mira con desagrado el resultado final. Ahora tiene un reloj azul marino con una correa negra. Es lamentablemente feo. Odia esa combinación. Pero desea salir de la joyería como sea. La defensa a ultranza del dictador le ha revuelto el estómago. Paga, más de lo que había previsto, y se va. No repetirá tienda.

4 comentarios:

  1. Muy interesante!.
    Hay dictadores hasta en la sopa!. Por suesto, los hay a mogollón en paises democraticos.

    Creo que Ife se equibocó descaradamente de relojería. Y además, que "asquito" de trabajo hizo el joyero con su reloj!.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Hola soy administrador de una red de blogs estuve visitando tu página http://findestemundo.blogspot.com/ y me pareció muy interesante. Me encantaría que pudiéramos intercambiar links y de esta forma ambos nos ayudamos a difundir nuestros páginas.
    espero tu amable respuesta.
    muchos Exitos y sigue adelante con tu blog.

    saludos


    Franck

    ResponderEliminar
  3. Tino, gracias por tus comentarios, son siempre bien recibidos.

    Franck, me parece perfecto, pero ¿cuál es tu web o tu correo? En el comentario no dejas forma alguna de identificarte. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Wences muy interesante tu pagina y los articulos que alli escribes y pones.Ralmente casi nadi se pone a pensar en cosas como las que mencionas pero que es una realidad a la larga o a la corta.Me has hecho reflecionar mas

    Un abrazo y estamos en contacto
    Pepelucho d

    ResponderEliminar